miércoles, 17 de julio de 2013

Acepté. 7º parte

De camino a casa intenté no pensar en esta locura de noche, fue entonces cuando me di cuenta de que durante la pelea debí de perder la gorra y llamarme materialista, pero a esa gorra le tenía el suficiente cariño como para volver a estar mostrando los colmillos.
Llegué a casa y lo primero que hice fue coger mi cuaderno de dibujos y dejarme una señal que me hiciese saber al día siguiente que lo que pasó ayer no fue un sueño.
 Era Lilith, tal y como la recuerdo en la fiesta. No se porque no le dibujé el rostro: quizás era que no me atrevía a demostrar mi poco talento dibujando.
Me desperté a las doce recordando que esta noche vería a la pelirroja, pero un dolor en la cabeza me hizo dudar de si tendría fuerzas para levantarme de la cama. El golpe en la cara aun lo sentía como si me lo hubiesen dado hace dos minutos.
Pase la tarde mas larga de mi vida hasta que llego la hora de la cita con Lilith.
Como un clavo estuve en el sitio donde nos cruzamos. Paso un cuarto de hora y empecé dudar de muchas cosas, de si estaría en el sitio correcto, de si se refería a las 8 de la mañana o mucho peor, de si no pensaba venir.
De repente vi al final de la calle una silueta bastante parecida a mi boceto.
Era ella.
Vi un atisbo de su sonrisa, pero solo eso, parecía que llegaba tarde porque no sabia si venir. Me gustaría saber cual fue la razón que le impulso a acabar viniendo.
Tras saludarnos me dijo:
-Vivo aquí al lado y no me apetece caminar, ¿Te parece bien ir a mi casa?
Y sin dudarlo acepté.

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