domingo, 4 de agosto de 2013

Hoy hay luna llena 11º capitulo

Fue un beso lento en el cual mis manos se perdieron en el paraíso de su cintura desnuda y no se atrevieron a pasar de ahí. Ella me rodeó el cuello con sus manos con una sensualidad que me obligó a acariciar su espalda lentamente.
No se si fueron 5 o 10 los minutos lo que duró ese primer beso,;solo se que al separar nuestros labios no dijimos nada, nos miramos a los ojos como si fuese la primera vez y empezamos a cruzar el puente.
Llegamos al otro lado de la ciudad y le pregunté a Lilith que le apetecía hacer.
-Hoy hay luna llena y pensé que estaría bien ir a la playa.
Nos dirigimos donde ella queria, pero cuando nos disponíamos a bajar las escaleras que llevaban a la playa cogí de la mano a Lilith y le conduje a una roca que había saltando la barandilla.
Confió en mi y me siguió hasta llegar a una cala alejada.
Era un sitio abandonado por los ruidos en el que solo se escuchaba el mar y nuestros pasos mientras la luna iluminaba cual faro dejando la playa de un blanco que explicaba porque llamaba yo La Perla a esa cala.
Nos detuvimos en el centro de la playa, cerca del agua y mientras Lilith seguía hipnotizada con la luz de la luna aproveché para ir detrás de unos matorrales en los cuales había aprovechado para esconder una manta. Cuando uno suele venir a menudo tiene que ser practico, pues ya había tomado como costumbre bajar a despejarme con un baño nocturno.
Nos tumbamos y nos quedamos mirando el cielo, como preguntado como habíamos acabado ahí y sobre todo preguntandome yo porque había sido Lilith la primera chica a la que había traído a este rincón.
Me giré y pude ver como sus bellos ojos azules hacían juego con la luna y su melena parecía un fuego inmóvil que invitaba a quemarme.
Ella tornó su cabeza hacia mi y me miró directamente a los ojos mientras su mano se dirigió hacia mi cara para acariciarme. Intenté aguantar la compostura pero no resistí el impulso de inclinarme hacia ella y volver a sumergirnos en un beso eterno.
Mis manos volvieron a su cintura a la vez que ella empezó a meter su mano debajo de mi camiseta rozando con sus uñas toda mi espalda.
El beso se vio interrumpido por Lilith que se levanto, se quito las zapatillas la camiseta y el pantalón y fue corriendo al agua.
Aun atónito por haber visto aquella figura conseguí escuchar un grito desde el agua:
-¡¿A que esperas!?
Así que me quedé en ropa interior y me metí en el agua plateada para acabar frente a la pelirroja otra vez, aunque esta vez ella fue la que se lanzó hacia mi.

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